FOTO: Sahagún Noticias/ Los rostros de las víctimas mortles de la tragedia

Con un saldo de siete personas fallecidas y 12 lesionadas, todas ellas dadas de alta ayer mismo en el hospital local, a excepción de un paciente que debió ser trasladado al vecino municipio de Yarumal, terminaron anoche las labores de rescate realizadas por los organismos de socorro en la vereda Cachirime, del corregimiento Puerto Valdivia, de Valdivia, donde un deslizamiento de tierra sepultó a la medianoche del lunes una discoteca en la que compartían veinte personas.

Según el reporte del director del Departamento Administrativo de la Gestión del Riesgo en Antioquia, Dagran, Jaime Enrique Gómez Zapata, las víctimas mortales fueron identificadas como Jorge Cardona, William Villegas, Lina Hernández, Deisy Velásquez, Adiela Velásquez y los menores de edad Michael Acevedo, de 14 años, y Yesenia Velásquez, de 16.

Aunque en las horas de la tarde se daba por hecho de que ya habían sido rescatadas todas las personas que quedaron bajo el alud, las autoridades mantuvieron la búsqueda para descartar que no hubiera más víctimas, tal como lo informó el director del Dagran. Hacia las siete de la noche, el mismo funcionario confirmó que las labores se daban por terminadas al corroborar que no había reporte de más desaparecidos.

Según los cálculos de los geólogos del Dagran presentes en el sitio de la tragedia, desde la montaña cayó una masa de cerca de 1.500 metros cúbicos de tierra, 500 de los cuales ya habían sido removidos al caer la tarde.

Como no fue una masa de material muy grande, la vía que conecta a Medellín con la Costa Atlántica pudo operar con paso restringido en pare y siga en ambos sentidos, mientras la maquinaria y los rescatistas laboraban a un costado de la misma, pues el alud solo tocó un carril de la importante carretera.

“Un equipo del Dagran encabezado por el director operativo, Diego Peña López, con geólogos y expertos en gestión del riesgo están en el sitio apoyando al municipio en la atención de la emergencia y evaluando las condiciones del terreno, pues según la información no todo el material se desprendió y está inestable”, advirtió el director del organismo departamental, por lo cual les recomendó a los ciudadanos no acercarse al lugar.

Rostros de una tragedia

Pero mientras en el sitio de la avalancha las autoridades hacían esfuerzos por escarbar la tierra hasta el final para que no fueran a quedar personas sepultadas, en la morgue municipal los familiares de las víctimas esperaban la entrega de los restos de sus seres queridos.

Lina Hernández, una de las víctimas mortales deja dos niños huérfanos

Una de ellas era la madre de Lina Hernández, una joven de 28 años y empleada de la alcaldía que apenas llevaba cinco minutos en la discoteca cuando la tierra se vino sobre la misma y no le dio tiempo de salir.

Su hermano, Daniel García, contó que Lina era madre de dos niños de 11 y cinco años de edad y llevaba tres años trabajando en los programas de la niñez de la alcaldía.

“Ella estudió atención de la primera infancia y estaba feliz con su empleo, porque siempre se afanó por los niños, por la alimentación, su bienestar, y las mismas señoras del pueblo son testigos de la labor que ella hacía”, narró Daniel muy compungido.

Al lado, la madre de Lina no dejaba de hablar de su hija. “Ella era la más sonriente de la familia, era muy humana; y apenas fue a asomarse a ver cómo estaba la discoteca, pero eso bastó para que se nos fuera”.

Al mismo tiempo, Luis Fernando Mazo Velásquez, habitante de Cachirime, lloraba la suerte fatal de otros dos amigos suyos fallecidos en el sitio de la tragedia: “Yo me salvé porque mi mamá no me dejó venir, me dijo que era peligroso, porque había el paro armado, y le hice caso, pero por la mañana madrugué y me enteré de que mis amigos habían muerto, el pelado William, que tenía un tatuaje en la espalda, compartía mucho con él; también conocía a Lina, todos nos dejaron mucha tristeza”, dijo sin poder contener las lágrimas.

Pero en medio de todo, también se vivió el milagro. Este llegó por cuenta de Jaider Taborda Velásquez, el propietario de la discoteca, que precisamente se estaba inaugurando este domingo.

Jaider cuenta que su esposa y él la adquirieron con unos dineros que les habían pagado como indemnización por la tragedia de Hidroituango, de la cual resultaron damnificados. “Yo estaba atendiendo a la gente, pero mi esposa me llamó que fuera a recogerla, yo salí, me subí al mototaxi y cuando estaba arrancando vi una sombra, miré al lado y vi cuando la montaña se vino, solo grité corran, corran y así me pude salvar”, relató Jaider, de 32 años.

Su reacción ante la avalancha fue tan providencial, que incluso el alud logró impactar su mototaxi y causarle averías serias. Pero Jaider no sufrió lesiones.

“Creo que Dios sabe para qué lo tiene a uno, porque nosotros estábamos terminando de comernos unos chicharrones para irnos, era la inauguración del lugar, que lo pusimos Nuevo Amanecer, porque era nuestro proyecto para salir adelante con los hijos, pero lo perdimos todo y toca volver a empezar”, expresó Jaider, sin dejar de lamentarse y sentir tristeza por las víctimas, que también eran conocidas y amigas, gente del pueblo, con las que se han compartido luchas y alegrías, pero también muchas tristezas, un sino que parece no abandonar este humilde poblado del Norte de Antioquia golpeado tantas veces por el conflicto armado y por las tragedias naturales.

Vía: El Colombiano