Antioquia se ha convertido en todo un laboratorio para la Policía. En 2018 el departamento fue el primero en el número de homicidios, pero ocupó el puesto 49 (entre 51 regionales) en la ocurrencia de otros delitos de alto impacto, incluyendo hurto y extorsión.

El encargado de enfrentar el problema de homicidios y otros derivados es el coronel Carlos Mauricio Sierra Niño, comandante de la Policía Antioquia desde hace 17 meses.

El oficial, que permaneció en su cargo luego del último remezón en la cúpula de la Policía, habló con EL COLOMBIANO e hizo una radiografía de los problemas que tiene que enfrentar la región para poder dar el salto y convertirse en un sitio pacífico.

¿Cómo estuvo la situación de seguridad en 2018 respecto a 2017?

“Lo negativo es que tenemos un incremento de los homicidios, esto se debe a unas operaciones exitosas como Agamenón. Gracias a ello, todas las estructuras que son el Clan del Golfo, Caparrapos, Eln y el GAO (disidencias de las Farc al mando de ‘Cabuyo’) empezaron a copar esos sitios donde hay cultivos ilícitos.

Esas cuatro estructuras quieren —como se dice en el argot de ellos— la plaza de Caucasia, porque el que tenga el dominio de ese punto estratégico puede controlar la compra, venta y movimiento de toda la droga por Urabá, el Pacífico o el Atlántico y los santanderes.

En el año tuvimos 1.208 homicidios y en un 99 % se deben a cuentas de cobro, a disputas territoriales. Un 1 % es por problemas intrafamiliares, amorosos o asuntos de convivencia.

Todos los demás delitos, como hurto a personas y extorsión vienen en reducción”.

¿Cuáles son las zonas más afectadas por esta disputa?

“Hay municipios con cifras alarmantes en homicidios como Yarumal e Ituango.

Yarumal es la puerta del Bajo Cauca y de ahí los grupos al margen de la ley se abastecen de todo: gasolina, insumos. A ellos se les hace más difícil venir hasta Medellín y llevar los insumos para el procesamiento de la coca. ¿Entonces qué hacen? Yarumal es una ciudad cosmopolita, y desde allá empiezan a llevar todos esos insumos. Hubo además tres personas de alta peligrosidad que salieron de la cárcel y empezaron otra vez una pugna por quién se queda con esa plaza.

Con Fiscalía General de la Nación estamos haciendo un listado de las personas que hemos capturado y que van a salir, los que eran jefes de esas estructuras, para empezar a trabajar, pues esto es un ciclo: si están los cultivos ilícitos, la gente que va a salir de las cárceles va a ir a posesionarse otra vez en su territorio”.

¿Y qué pasa en Ituango?

“Lo que sucede allá está relacionado con alias ‘Cabuyo’. Desafortunadamente el tipo estuvo en el ETCR (espacio de reincorporación) y se iba a desmovilizar. Pero al final utilizó el proceso de paz: cuando llevaban el armamento pesado que se le iba a entregar a las Naciones Unidas, empezó a sacar calladamente armamento como fusiles de gran capacidad, pistolas.

Él tenía claro que iba a armar su grupo al margen de la ley y, de una u otra manera, buscó conexión con el Frente Primero que tampoco se quiso desmovilizar en Putumayo. Ellos están haciendo una alianza.

Los homicidios también se dispararon, pero de los 52 que registramos, 5 son en la parte urbana y 47 en la rural, lo que muestra donde está la hegemonía de estos tipos”.

¿Hay alianzas con bandas de Medellín?

“Con la Fiscalía detectamos además una unión entre ‘Cabuyo’, ‘los Mesa’ y ‘los Pachelly’, acá en Medellín: ellos les proveen armamento, munición y explosivos, y “Cabuyo” les entrega la droga”.

¿Hay más disidencias, además de las de ‘Cabuyo’?

“De los grupos residuales hay dos cabezas: ‘Cabuyo’ y ‘Ramiro’. No se puede decir que uno es el jefe y otro el segundo. Cada uno tiene un pedazo de territorio y es la cabeza principal de la gente que no se desmovilizó.

‘Ramiro’ delinque entre Ituango y Santa Rita, y ‘Cabuyo’ entre Briceño, Yarumal e Ituango, en el corregimiento de El Aro. Este último tenía el poder en la parte rural y por eso hubo un aumento de homicidios de 233 %.

Estamos haciendo un trabajo con Gobernación, Fiscalía y Ejército para ver qué gente queda en las zonas, quiénes no están cumpliendo el proceso de paz y estamos siendo muy agresivos con ‘Cabuyo’, le hemos hecho cuatro operaciones y continuamos, y vamos a tratar de disminuirle el grupo que tenía tan fortalecido”.

¿Cuánta gente tienen?

“Hicimos un conteo con el Ejército y evidenciamos que ‘Cabuyo’ tenía 126 hombres en armas y ‘Ramiro’ 40. Pero a sus redes de apoyo las estamos capturado.

Hemos evidenciado que esta gente, así como trajeron los Caparrapos de Caparrapí (Cundinamarca), están trayendo gente de otras zonas del país, como los Llanos, para que trabajen en la droga, todo es por plata”.

Hoy, frente a lo que había antes de la desmovilización, ¿es Antioquia más pacífica?

“El problema que tenemos ahorita es focalizado: Ituango y Bajo Cauca. Y si se da cuenta, el resto de Antioquia está muy tranquila, hay algunos brotes en Andes, pero allá es la guerrilla del Eln que se viene por el Chocó y también estamos haciendo un trabajo con el Ejército en la parte rural.

Pero si logramos controlar los cultivos, la resiembra y les quitamos la parte económica, Antioquia sería el mejor departamento de Colombia por su tranquilidad”.

¿Cuál es su mayor preocupación como comandante de la Policía Antioquia?

“En Antioquia la gente es muy buena, echao’s pa’lante, trabajadores. Los bogotanos como yo los admiramos. Pero la gente tiene esa inteligencia para lo ilegal y quiero que lo hagan es para otras cosas, como siempre nos han maravillado.

Y otro punto es que aquí se paga la extorsión como si se pagara la luz o el Directv. Eso no puede ser así. Hay que denunciar y quitarles las rentas ilícitas a todos estos delincuentes, porque cada vez que se les paga se les va alimentando y fortaleciendo”.

¿Qué pasa con el Eln?

“Es un actor ‘neutral’ pero, en esa neutralidad quiere tener todas las rentas ilícitas. Ellos trabajan al mejor postor: si se tienen que aliar con las Farc, lo hacen; y si es con Caparrapos, también. Todo por rentas criminales. Tienen influencia en el Bajo Cauca y Nordeste, y su cabecilla es alias ‘Pirri’”.

¿Y los Caparrapos?

“Históricamente tenían la plaza de Caucasia, pero se dieron cuenta de los golpes contundentes y vieron que no tenían ese acompañamiento de los jefes del Clan del Golfo. En su argot dijeron: ‘abramos la plaza y retomamos el poder’.

Ellos tienen la capacidad en el territorio y eso es lo que no quiere el Clan del Golfo. Pero ellos atacan y matan al que venga a competirles”.

¿Cuál de todas las estructuras de las que hemos hablado tiene más poder?

“Creo que las cuatro tienen el mismo poder. Donde haya cultivos y drogas pueden comprar armas, gente y están trayendo gente de otras partes del país para acabar con el que tenga la plaza, como se dice en el argot de ellos”.

¿Qué los diferencia?

“Si uno fuera más poderoso que el otro, lo tumbaría. Los puede diferenciar alguna ideología política en el Eln, pero los demás se mueven por el poder del narcotráfico y otras rentas criminales.

El Eln, por ejemplo, tienen relación con bandas criminales de Medellín que secuestra ngente y se las ‘venden’, como ocurrió con la señora de Amagá (Diana Toro, secuestrada el 27 de septiembre de 2018) ”.

¿Cuál es su objetivo No. 1?

“’Cabuyo’. Es tanto lo que tengo que hacer, que me inventé unos volantes que lanzamos en Ituango, ofreciendo una recompensa que conseguí con la embajada americana. Fuera del pago que está haciendo el Ministerio de Defensa, vamos a entregar $280 millones a quien dé información para su captura.

Esa baja sería ayudarle a una población que ha sido tan golpeada, como Ituango”.

En el resto de Antioquia, ¿qué delincuencia existe?

“La hegemonía de los combos de Medellín no deja que surjan nuevas bandas, matan a sus integrantes y los desaparecen. Eso lo evidenciamos, por ejemplo, cuando desarticulamos una banda en Segovia. Allá venden la droga en papeletas marcadas, si hay alguien de Medellín que intenta vender, lo matan. En este caso hicieron eso y mandaron un mensaje en una de las papeletas que dice ‘el contrabando mata’. ¡Imagínese!”.

¿Cuántas bandas hay?

“Podemos hablar que hay más de 60 estructuras en los municipios, aunque muchas son intermitentes, porque una vez son identificadas empezamos su judicialización y la mayoría son desarticuladas.

Hemos hecho operaciones grandes, por ejemplo, en Segovia, Ciudad Bolívar y Andes, donde se han capturado más de 40 personas de toda la línea de mando.

En la Policía, Antioquia es el departamento más operativo de todo Colombia. Eso se debe a que tenemos integrado en nuestro departamento a 10 fiscales y con ellos trabajamos conjuntamente, tenemos 910 capturas en general. Eso no se ve en otras regiones y por eso bajamos el homicidio en zonas urbanas”.

Hay varias problemáticas regionales. Hurto de vivienda en Oriente y Occidente…

“Es una realidad. Los combos de Medellín y grupos al margen de la ley que a veces son delincuencia no organizada, saben que en Rionegro, La Ceja, Marinilla, es donde está la plata. Y desde ahí, en Bello e Itagüí, estos tipos van a hurtar a Oriente con bandas como ‘los Pisasuaves’, que se confabulaban con mayordomos y personas de seguridad privada que les avisaban cuando una familia llegaba.

Lo que estamos haciendo es que en Rionegro, La Ceja y Marinilla pusimos un grupo de reacción con 10 personas dedicadas exclusivamente a visitar finca por finca, después de esas capturas, identificando quién es el mayordomo, quién el dueño, a quién se la prestan porque a veces la gente ni siquiera está en Colombia”.

En el Suroeste cada problema de tolerancia ligado a la cosecha cafetera…

“Acá se quedó todo lo que nos dejó Pablo Escobar. Como él pagaba con marihuana, cocaína o bazuco. Es triste decirlo pero en nuestra zona cafetera y en la minera, usan drogas y esas plazas se las disputan gente de Medellín y Andes.

En Segovia o Remedios, el valor del bazuco es el más caro de toda Colombia. En Bogotá vale $5.000, y allá está entre $15.000 y $19.000, aunque si es abajo de los túneles vale tres veces más. También hay algunas fincas cafeteras donde los intermediarios pagan con droga. Eso lo tenemos que combatir y judicializar”.

¿Cómo se mueve la extorsión en Antioquia?

“He evidenciado que aquí hay una empresa criminal. Acá le sacan plata a todo: prostitutas, gaseosas, comidas, etc. En sitios donde hay minería ilegal le sacan ese rendimiento y por eso las estructuras tienen cada vez más plata. Cuando dimos de baja a ‘Cole’ (del Clan del Golfo), en Antioquia, vimos que él era el que le llevaba la mayor cantidad de dinero a ‘Otoniel’.

Y todos creen que como todo el mundo paga eso es normal, y siguen pagando, y esa plata fortalece más a los grupos al margen de la ley.

Hay zonas más críticas como El Bagre, Nechí y parte del Bajo Cauca, que es donde hay minería ilegal”.

El momento más feliz que le ha tocado en Antioquia

“La mejor recompensa que he tenido no ha sido desarticular a ‘Chupeta’, ni a ‘Diego Montoya’ ni al cartel del Norte del Valle. Mi mejor recompensa es cuando un niño me da un abrazo porque se que eso es a lo que nos debemos”.

¿Y el día más triste?

“Sin duda las granadas que lanzaron a casas de Ituango y Caucasia. En Ituango había una bebé de cuatro añitos que murió y en Caucasia la granada cayó sobre el cilindro de gas, lo incendió y me tocó ver los cuerpos de 4 personas de esa familia. Todo eso fue muy doloroso” .

Vía El Colombiano.