Jairo Quistó muy pronto se convertirá en padre de familia, pues su mujer tiene cinco meses de gestación y está casado con ella, sin embargo el hombre pensaba abandonarla.

El sujeto fue descubierto porque llegaba a la casa a altas horas de la madrugada, según él venía del trabajo. Ante esta situación la madre de Jairo tomó la determinación de seguirlo al culminar su jornada laboral y para sorpresa de su progenitora lo vio con una venezolana entrar a un hotel.

La madre indignada, pidió a los ronderos un merecido castigo para su hijo por infidelidad y fue ella misma la que se encargó de propinarle los azotes con un látigo.

“Tienes una buena mujer en tu casa y buscas en otro lado, debes de pensar lo que estás haciendo” le dijo mientras lo azotaba.

El hombre empezó a llorar y juró que más nunca lo volvería hacer, pidió perdón a su esposa y madre.