Una canción que nació del alma, con mucho sentimiento y con una filosofía existencial; obra musical del compositor y profesor Luis Felipe Caballero Bohórquez de Caucasia Antioquia.

Este éxito lo inmortalizó La revelación Vallenata, la voz de Alfredo Ríos Zuñiga, de El Varal corregimiento de Pueblo Nuevo Córdoba y Carlos Darío Ricardo Soto, del corregimiento de Manizales, municipio de Cáceres Antioquia.

Esta canción nace en el año de 1985, a raíz de una relación amorosa. En esa época Luis Felipe Caballero, en sus años de estudiante frecuentaba mucho una tienda mixta, una tienda de barrio con un primo, donde los fines de semana iban y se tomaban cervecitas y conversas amenas. En esa misma tienda frecuentaba una hermosa joven, Patricia, una mujer morena de cabellos largos, muy hermosa, bien parecida, ella en esa tienda iba seguido hacer sus compras del día, pero nunca faltaban los piropos por parte de Luis Caballero, piropos que iban y venían cada vez que la veía llegar. Empezaron a conocerse y surgió una amistad, Caballero no veía la hora en que llegara el fin de semana para poderla ver y contemplar la belleza que poseía, sentía que cada vez más algo crecía dentro de él. Después de tres meses ser amigo, esto dio otro paso, se hicieron novios.

Amores de adolescentes, donde el amor los contagiaba compartiendo muchas cosas; sus primeros encuentros eran en la tienda, no existía la euforia del celular y la tecnología no era su mejor alianza. Cartas y razones para ella, era la metodología para llegar a la cita pactada. Así eran sus encuentros ya que en la casa de ella no sabían nada de este noviazgo. Después de un tiempo Luis quiso dar otro paso, conocer a la familia de su novia, pero no llegar como novio, el que la llenaba de detalles a su prometida, sino llegar como amigos, ella vivía con su mamá y una tía, pero después de un tiempo la frecuencia de visitas no se hicieron esperar para sospechar lo que Luis tenía con la joven. El tiempo pasaba y la relación continuaba su rumbo, encuentros en su casa, a escondidas, en la tienda fueron momentos únicos para la pareja, sentimientos que cada vez se hacían más fuertes. Finalizando el año 1983 a ella le tocó irse para Montelíbano  en Córdoba, se fue por unos cuatro meses; casi no tenían la forma de comunicarse y él iba pocas veces en ese lapso de tiempo a verla, ya que en esa época de estudiantes para él era muy difícil viajar frecuentemente. Cuando ella regresó fue cuando las cosas no empezaron a marchar muy bien, Caballero empezó a notarla un poco distante, muy diferente a la mujer que conoció, ya no eran los mismos recibimientos, su forma de ser fue totalmente diferente. Pero los interrogantes, la preguntas vinieron, ella solo le decía que no se preocupara que no sospechara de ella, que solo tenía ojos para él, que ella era la misma y que no estaba escondiendo nada, que quedara tranquilo. Su duda quedó ahí, no convencido por completo, pero su amor por ella era fuerte que en las respuestas de su novia quiso dejar las preocupaciones a un lado.

Una tarde el salió muy temprano del colegio y decidió visitarla a su casa, pero una escena vista por sus propios ojos, marcaría un rumbo final a la relación. Ella no se esperaba su visita, los ojos de Luis caballero vio la mujer que le robó el corazón en una escena comprometedora, la encontró con otra persona desde una ventana de su casa que se encontraba medio abierta; él tomó las cosas con calma, llegó, los saludó y se marchó. Al día siguiente, el regresó nuevamente donde ella vivía, le reclamó, discutieron; descubierto todo, ella no tuvo más que negar y aceptó sus reclamos, le dijo que si tenía otra relación, pero que la perdonara que ella iba a dejar a ese otro hombre. En tanto dolor y reclamos Luis Caballero propiamente con palabras en voz quebrada le dijo que se alejara, que no lo volviera a buscar, que la relación se terminaba por completo. De ahí salió para no volver nunca más a su casa. Cuenta Luis que salió de esa casa como si le hubiesen arrancado el alma. Las vacaciones a los pocos días llegaron, él se fue para una finca de su padre. En ese tiempo estando rodeado del ganado, el paisaje, la brisa del campo, pensaba y tarareaba unos versos que llegaron pensando en aquella difícil situación sentimental… “Momentos tan felices que pasé contigo, hoy me da tristeza solo al recordar, porque ese romance fue de lo más lindo, y yo en ti confiaba con sinceridad…” tristeza al recordar la manera tan fría ella le contó la verdad, ya que el entregó mucho el corazón y no valoraron sus sentimientos. Así surgieron los primeros versos, pensando en ella, pero con la firme decisión de no volver a verla. Esas primeras palabras de la canción no las escribió, solo las grababa en su memoria. Al regresar de sus vacaciones, llegó nuevamente a Caucasia y después de una jornada de clases, en su casa, su habitación y una hamaca fueron testigo de una tristeza muy fuerte y con el corazón en mil pedazos, hizo la segunda estrofa; cuando la terminó la plasmó toda con lápiz y papel. (Después de grabada esta canción, ella por medio de un amigo de Luis Caballero se entera, pero ella nunca tuvo más el valor de acercarse a él). A comienzos de 1986 ya se empezó a comentar que una agrupación estaba recogiendo canciones para una grabación, era la revelación Vallenata Del IDEM integrada por Alfredo Ríos y Carlos Dario Ricardo. Carlos estudiaba en Caucasia en el mismo colegio de Luis Caballero, el con el conjunto formado y es ahí donde les muestra la canción, no se hizo esperar y aceptaron este éxito. La revelación Vallenata en sus inicios contó con el apoyo del profesor Omar Arango, a los que integraban este conjunto, los colocaban actuar en los actos culturales del colegio. Grabada en 1986 bajo el sello Orpa, Lp titulado, SE ME OLVIDA TODO con el patrocinio De Orlando Paternina; sin duda alguna, Causa Perdida es una de las bellas canciones clásicas en el vallenato, que hoy día tiene su sello propio, de las que no pasan de moda.

Tomada de las redes sociales de Checho Díaz.