FOTO: Séptima División del Ejército

Un mes después de abandonar sus territorios por las amenazas de los grupos armados ilegales que hacen presencia en la zona y se disputan el control del territorio, 60 indígenas, entre adultos y menores de edad, aún permanecen en un albergue de la zona urbana de Cáceres, Bajo Cauca antioqueño.

El secretario de Gobierno, Martín Emilio Rivera, confirmó que las familias ancestrales insisten en que aún no tienen las garantías de seguridad para regresar a sus viviendas, pese a la presencia del Ejército. Temen quedar en medio del fuego cruzado, tras los combates de los ilegales.

“A las familias se les están entregando los paquetes de alimentación y con el apoyo de la Fuerza Pública en la zona, buscan que todos puedan regresar a sus viviendas con todas las garantías de seguridad”. 

Por las masacres en Cáceres, las autoridades han adelantado varios consejos de seguridad y comités de justicia transicional para ofrecer garantías de seguridad a la comunidad. Con mayor presencia de la Fuerza Pública buscan mejorar el orden público en esta zona del Bajo Cauca del departamento. 

¿Y el retorno? 

El mes pasado, en canoas y con ayuda de soldados de la Séptima División, más de 120 personas, que integran 30 familias, regresaron a sus casas en la vereda la Isla de la Amargura, jurisdicción de Cáceres, luego de un mes de estar albergados en la escuela del corregimiento El Guarumo, huyendo de la amenaza que representa la permanencia en la zona de grupos armados ilegales. 

Óscar Yesid Zapata, vocero del Proceso Social de Garantías en Antioquia, aseguró que el regreso obedece a la falta de soluciones, recursos y acompañamiento del Estado. Explicó que las condiciones de seguridad siguen siendo las mismas, lo que representa un alto riesgo para estas comunidades.

Con este último traslado ya son 60 las familias que decidieron volver de forma voluntaria a la Isla de La Amargura que por más de 20 días, estuvo completamente abandonada. Si bien la alcaldía suministró kits de aseo y elementos de primera necesidad a las familias desplazadas, dos semanas después los suministros se agotaron y se complicó la estadía de los pobladores.

Vía: Alerta Paisa.