El pasado jueves 13 de mayo, Colombia conoció la historia de una joven de 17 años, quien en su cuenta de Facebook se identificaba como Alison Ugus.

La noche anterior, miércoles 12 de mayo, la joven fue detenida por cuatro agentes del ESMAD, quienes presuntamente la habrían agredido sexualmente, luego de esto, la menor hizo la denuncia en su cuenta de Facebook y se quitó la vida.

Ante este hecho, han sido muchas las manifestaciones que se han volcado en contra de los casos de abuso policial; además de exigir justicia por la adolescente, quien era hija de un policía en proceso por pensión.

Su caso fue priorizado por la Fiscalía, que envió dos fiscales a Popayán, una de ellas experta en temas de género y con enfoque en niños, niñas y adolescentes; así como de un equipo de Medicina Legal para recuperar la evidencia biológica necesaria y realizar una “autopsia psicológica para determinar el contexto” en el que ocurrieron los hechos.

Entre tanto, la Procuraduría designó a un funcionario de la Delegada para la Fuerza Pública con el fin de llevar el respectivo proceso disciplinario. Los uniformados que trasladaron a la joven a la URI en Popayán fueron identificados plenamente y apartados de sus funciones para darle transparencia a la investigación.

Sin embargo, El comandante de la Policía de la regional del Suroccidente, Ricardo Alarcón se adelantó a negar los hechos y a calificar las evidencias como de una “noticia falsa, vil y ruin”. 

Por su parte, uno de los agentes del ESMAD involucrados en el caso, dijo a un medio nacional: “En el camino, y sin ánimo de desvestirla, la ropa se le iba bajando. Yo les pedí a los muchachos que paráramos para que ella se arreglara, y cuando paramos le dije: ‘por favor, déjate llevar por las buenas porque igual te vamos a conducir’. Pero ella seguía resistiéndose. Y decidimos cargarla’, dijo el uniformado”.

Por otro lado, Luis Salazar, padre de la menor dijo que espera “que haya justicia en este caso (…) Puede ser un compañero, pero si la embarró, que responda”.