El río Nechí es uno de los afluentes más importantes que vierte sus aguas al río Cauca; sin embargo, debido a la minería ilegal el cauce natural del Nechí ha desaparecido.

¿Quiénes están detrás de esto?

Primero es preciso aclarar lo que es la minería ilegal, según el Grupo de Dialogo sobre Minería en Colombia (GDIAM) la minería ilegal es aquella que “no dispone del correspondiente título minero vigente o de la autorización del titular de la propiedad en la que se realiza y que, además, no cumple con al menos uno de los requisitos exigidos por la ley: la licencia ambiental, las normas laborales, ambientales, de seguridad o de salubridad industrial; la capacidad técnica necesaria o el pago de regalías o de las contraprestaciones económicas exigidas para el aprovechamiento de los recursos naturales”.

Teniendo en cuenta lo anterior, el desvanecimiento del río Nechí ha sido generado por mineros- que se hacen llamar informales- que no contando con licencias ambientales ni cumpliendo las normas requeridas, se han dedicado a extraer oro y metales de valor, sin importarles el impacto negativo que causan al ambiente, no solamente la afectación del río sino el deterioro de toda la biodiversidad.

Pero estos mineros irresponsables no son los únicos que están causando que el río Nechí se esté secando, detrás de este desastre ambiental también están grupos armados ilegales como los Caparros y el Clan del Golfo, que con tal de obtener recursos para seguir con sus actividades ilícitas, como las redes de narcotráfico, no les importa barrer la vegetación con sus maquinarias pesadas y contaminar las fuentes hídricas con mercurio.

“Lo que antes era una espesa y rica vegetación hoy es un terreno desértico, donde sólo se ven piscinas de mercurio y dragas que han sido instaladas para arrancar pedazos de una tierra fértil”, así lo evidenció un reportaje de un medio nacional (RCN).

Sobre la situación el general Juan Carlos Ramírez, comandante de la VII división del Ejército, expresó: “Este daño ambiental, hecho por estas estructuras armadas, organizadas, son de largo aliento para poder recuperar los recursos naturales de esas 25 hectáreas”

Hay que tener en cuenta, que cuando se deteriora la vegetación y se acaban las fuentes hídricas de un lugar también se ve afectada la fauna. Los animales mueren o tienden a migrar cuando se les destruye su hábitat.

Para combatir este problema, las de tropas de la séptima división del Ejército, en lo corrido del año, han destruido cerca de 70 dragas, 23 retroexcavadoras y la captura de 30 personas que día a día han causado un grave daño ambiental.