Cerca de mil pescadores y labriegos del sur del departamento de Bolívar y el Bajo Cauca se alistan para una travesía por el Río Cauca como protesta por el crimen ambiental y la hambruna en las que está sumida esta región, como consecuencia del cierre de compuertas en la polémica hidroeléctrica de Hidroituango.

Las comunidades de esta región acosada por la hambruna, además de la pandemia por coronavirus, llegarán el próximo lunes hasta el recién inaugurado puente Yati- Bodega, en el municipio de Magangué, para contarle al mundo cómo se seca el segundo río más importante del país, y con este se seca la vida.

“El dañó ambiental causado por el cierre de compuertas en enero del 2019 es grande e irreparable: el río se secó, la pesca desapareció e impacto en la seguridad agroalimentaria de al menos 15 municipios”, le dijo a EL TIEMPO Pablo Espitia, directivo de la Asociación de Pescadores de Montecristo (Bolívar).

La travesía y protesta partirá a las 7 de la mañana desde el municipio de Montecristo (Bolívar) e irá  hasta el puente Yati-Bodega. Un día de recorrido aguas abajo por el fuera la despensa de miles de familias humildes.

Esta travesía recibe el nombre de ‘Peregrinación de la Hermandad Ríana’, es decir la unión de las agremiaciones pesqueras y campesinas ubicadas a orillas del Río Cauca.

“Solicitamos al Director General de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca – Aunap- que intervenga ante las Empresas Públicas de Medellín, EPM, a efectos que esa empresa restaure el daño que nos ha causado con el proyecto de Hidroituango, haciendo desaparecer el recurso pesquero, con el que manteníamos a nuestras familias pescando y vendiendo lo capturado, y alimentándonos con esos peces”, señala un comunicado enviado a la Aunap por la asociación de pescadores del municipio de Montecristo, una de las al menos 20 agremiaciones de pescadores y labriegos empobrecidos a causa de la sequía del río.La esperada subienda que todos los años llega para los meses de diciembre y enero despareció en esta región del país empobreciendo a sus comunidades, que además enfrentan la pandemia.

EPM está en la obligación de hacer repoblamientos en nuestras ciénagas y de montar proyectos productivos, que permitan tener un futuro a nuestras comunidades. ¡Nos quitaron el pan!”, agrega la carta enviada por la asociación de pescadores de Montecristo a la Aunap.

La situación es crítica en una región que siempre fue despensa agrícola y pesquera. 

“Aquí con esta pandemia del COVID-19 y sin peces en nuestras ciénagas, avizoramos hambre física para toda esta región y para todos los pescadores del bajo Cauca. Lo que es Montecristo, San Jacinto del Cauca, Achí, Guaranda, Pinillos, y una veintena de poblaciones río abajo, todo el mundo está afectado por ese daño ambiental que nos causaron”, señala en otro de sus apartes la carta de los pescadores.

“Hacemos un llamado al Gobierno Nacional a través del Ministerio de Agricultura a que haga presencia en la zona e investigue la difícil situación que están viviendo nuestros pescadores. A su vez le hacemos un llamado a la empresa EPM que ha indemnizado personas que no tienen la trayectoria ni los años de labores de nuestros pescadores”, señala Diego Benítez Duarte, personero municipal de Montecristo (Bolívar).

Aunap responde 

Según Nicolás del Castillo, director general de la Autoridad Nacional  Nacional de Acuicultura y Pesca – Aunap-  “EPM está trabajando con las universidades Nacional y la Javeriana en investigaciones sobre impacto del cierre de compuertas en varias geografías, entre ellas el municipio de Montecristo”.

En diálogo con este medio, el funcionario aseguró que “Contacté a EPM y ellos sí quieren de alguna manera apoyar y resarcir los impactos que hayan realizado , pero deben tener la certeza de que los estudios contratados lo confirmen para proceder y hacerlo lo antes, de lo contrario podrían tener inconvenientes con los entes de control”, expresó del Castillo.

Según el funcionario, en la región la caída en la pesca y la seguridad agroalimentaria supera el 50 por ciento. 

Vía: El Tiempo.