Pablo Emiro Díaz Villegas, lleva 50 años como barbero en Caucasia, pero es diferente a todos sus colegas, porque su salón de trabajo es algo escueto que tiene una vista al río Cauca en pleno centro del municipio, en el parque de la virgen o lo que queda el.
A sus 72 años de edad y 50 años de estar ejerciendo la barbería, dice que esta profesión le ha dado para sacar a delante sus 3 hijos, “uno que estudio bachillerato, otro en la universidad y el último hizo carrera militar y hoy es Sargento del Ejército, y míreme, estoy más fuerte que los jóvenes de hoy día que nacen cansados” afirma Díaz Villegas.
Entre sus recuerdos aclara que empezó esta profesión con una peinilla, una cuchilla y una tijera, y después se modernizó a las máquinas manuales (esas que cortaban según el movimiento de la mano), y ahora está en la moda de la maquina eléctrica. -Claro que si me toca volver a la maquina manual soy diestro-, agrega Díaz Villegas.
En el año 2010 fue damnificado del invierno porque su improvisado local de trabajo quedaba en la orilla del río, y casi la mitad del parque de la virgen se lo llevó la creciente, e indica que “aún sigo esperando a eso políticos que iban a recuperar el parque y mire, son más falso que una moneda de cuero”.
Entre la comunidad se escucha que el cobra según para donde quiera mirar el cliente, si es para el río Cauca aumenta el costo, pero si es mirando para el pueblo, entonces baja el costo; entre risas dice “eso es mentiras y eso fue una charla que le hice a un cliente y vea lo que se ha convertido” confiesa el señor Pablo Díaz Villegas.
Hoy tiene clientes que son de Bogotá, Medellín, Montería, Barranquilla y hasta de otros países, y cuando tiene la oportunidad de pasar por Caucasia, se hacen motilar de Pablo Díaz Villegas. Su negocio lleva como nombre “La bendición de Dios” y en realidad es una bendición porque su perseverancia ante tantos problemas que tiene la vida, ha logrado ser un referente en el municipio de Caucasia.
