Desde el 25 de noviembre estaba la alerta de inundación, el nivel las ciénagas y ríos aumentaba con las intensas lluvias que copiosamente caían en toda la zona. El peligro más latente estaba en el gran río Cauca que amenazaba con desbordarse y romper las barreras que habían hecho en el 2010 para conjurar su furia. Con el paso de los días el cauce del río iba en aumento y en el sector de Moncholos en San Jacinto del Cauca Bolívar, había roto. Este fue el primer campanazo de alerta. Desde ese 3 de diciembre de 2016, hubo 4 toques de campanas en Guaranda alertando sobre una inminente inundación. El nivel del río era tan alto que el agua comenzó a filtrar las casas vecinas y en las primeras calles el agua comenzó a inundar.

Mojana, Sucre
Mojana, Sucre

Desde días anteriores la comunidad de los municipios de San Jacinto y Achí en Bolívar. Como en Guaranda, Sucre y  Majagual en Sucre se dieron a la tarea de contrarrestar la creciente. Para ello se organizaron por cuadrillas de hombres y mujeres voluntarios que lideraron los jefes del departamento de riesgo y desastre de Majagual  y Guaranda. Los primeros en apoyar esta gestión fueron los comerciantes quienes donaron  recursos monetarios y materiales. Así mismo lo hicieron las federaciones de arroceros, ganaderos y empresas de refrescos con el envío de agua y gaseosas para los trabajadores. Desde el gobierno nacional se enviaron inicialmente 60 millones de pesos.

De acuerdo al líder comunitario Neiman Estrella, se trabajó 3 día y 2 noche, incluso no se durmió cuando el río rompió en el punto de San Rafael a tan solo 5 kilómetros del centro urbano de Guaranda y la amenaza acrecentó. Según lo informó Fidel Serrano, jefe de la oficina de gestión de riesgo y desastre de Majagual se necesitaron 145 000 sacos llenos de arena para apaciguar la furia del río desde Achí hasta San Jacinto; además  de 2 retroexcavadoras, 2 moto-canoas, 15 tractores para transporte de sacos y una grúa, así como el esfuerzo de cientos de voluntarios llegados de todos los rincones de la subregión a los que no les importó mojarse o ser picados por mosquitos.

Mojana, Sucre
Mojana, Sucre

Pero el éxito de estos héroes estuvo en un trabajo comunitario muy bien coordinado y donde primó el deseo de no sufrir otro desastre natural como los sufridos en otras ocasiones. Ya hoy la amenaza ha bajado; pero las cuadrillas de voluntarios siguen en alerta porque saben que deben estar pendiente por si acaso el Cauca les da alguna sorpresa.

Escrito por:

Alberto Leyva Zambrano; Comunicador social- Periodista de la Universidad de Antioquia. Amante de la cultura y con ansias de aprendizaje.