Ciento sesenta y seis antiguos recolectores de hoja de coca firmaron contratos para vincularse al Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos, en un proceso que les permitirá capacitarse en emprendimiento dos días a la semana en el SENA, y durante los otros tres, desarrollar labores comunitarias.

Se trata de una acción que se desarrolla en cumplimiento de las decisiones consignadas en los acuerdos de paz con el propósito de vincular a la legalidad a quienes estaban dedicados a raspar coca como medio de subsistencia.

El Director del Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos, Eduardo Díaz Uribe, destacó que los antiguos recolectores, estigmatizados con el nombre de “raspachines”, se capacitarán en el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, en acompañamiento psicosocial, emprendimiento, piscicultura, apicultura, manejo de recursos naturales y producción de material vegetal.

Las labores de trabajo comunitario serán supervisadas por las juntas de acción comunal. Los pagos y planes de trabajo comunitario serán coordinados por la asociación de mujeres del municipio de Briceño. Cada uno de los firmantes recibirá un millón de pesos mensuales durante un año y adicionalmente, tendrá un recurso económico para pagar la seguridad social.

Por su parte, el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, se declaró optimista por el desarrollo del programa de sustitución en el departamento de Antioquia, donde están vinculadas a la fecha 10.500 familias. Otras 4.200 están en proceso de inscripción. Destacó que a finales de marzo, se habrá cumplido en Briceño el 100% de la sustitución.

Actualmente, se avanza en 4 municipios vinculados: Briceño, Tarazá, Cáceres y Anorí, y existen acuerdos colectivos firmados y preinscripción en Ituango, Valdivia y Campamento. Están vinculadas 200 veredas; hay 120 en proceso de vinculación. A 15 de febrero, se había verificado la sustitución de 900 hectáreas de cultivos de coca en Antioquia.

Para impulsar los proyectos productivos, inicialmente en Briceño, se han firmado convenios con la Federación Nacional de Cafeteros (500 familias), Federación Nacional de Cacaoteros (100 familias), y con la Asociación para el Desarrollo Productivo Económico y Ecológico de Briceño (Asdecerbi), para asistencia técnica de 720 familias. Actualmente se cuenta con 25 mil semillas de cacao en vivero.

Díaz llamó la atención sobre el compromiso de las comunidades de Antioquia en la sustitución de cultivos, como en el caso de Juan Negrete, presidente de la junta de acción comunal de Guáimaro, municipio de Tarazá, quien con el primer pago bimensual de dos millones de pesos se compró “una tierrita”, para darle ejemplo de emprendimiento a la comunidad, según sus palabras.

En otros casos exitosos, antiguos cultivadores de hoja de coca son hoy productores de cacao en Cáceres, productores de chocolatinas en Anorí o empleados de Empresas Públicas Municipales (EPM) en Briceño.