TARAZA, Colombia. — Cada día un grupo de hombres se abre paso a pala y machete entre las plantas de coca sembradas por grupos ilegales en diferentes partes de la región colombiana de Taraza, en el noroeste del país, custodiados por el ejército.

En esa región del departamento de Antioquia -donde operan disidentes de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo, el mayor cartel de narcotráfico del país- la meta es erradicar de forma manual 7.000 hectáreas de cultivos ilegales este año, de las que ya se han destruido el 90%.

El l ejército ha desplegado en todo el país a 50 grupos móviles de los llamados “erradicadores”, que ganan el equivalente a unos 500 dólares mensuales por sus tareas, un salario nada despreciable en Colombia que tiene un sueldo mínimo de 241 dólares. Pero estos hombres reclaman un mayor ingreso que compense los riesgos que conlleva su tarea.

“Yo llevo como erradicador más de cinco años en diferentes partes del país. Es un trabajo muy duro y de alto riesgo y nos cuidamos mucho entre nosotros porque no solamente está el riesgo de perder la vida por las minas antipersonales, sino también por los grupos ilegales que nos quieren atacar”, dijo a The Associated José Ruiz, de 51 años. “Hay que buscar una forma de trabajo, porque el empleo en Colombia está escaso”, agregó el hombre que trabaja ocho horas diarias.

Antes Ruiz laboraba en una zona de Armenia, en el centro-este del país, como cultivador de maíz. Aunque el trabajo es muy peligroso “seguimos adelante y queremos aportar un granito de arena para erradicar estas hojas de coca”. Cuando no está erradicando coca en el campo, Ruiz disfruta jugando con sus dos nietos y ayudando en la casa.

La actual etapa de erradicación terminará el 7 de octubre y los trabajadores podrán permanecer en sus hogares hasta el fin de ese mes, cuando regresarán para terminar la tarea. “Hay que descansar y ver a la familia”, señaló Ruiz.

Colombia es el mayor productor mundial de cocaína, de acuerdo con datos de la agencia antidrogas estadounidense DEA y de Naciones Unidas. En lo que va del año se han decomisado más de 50 toneladas de esa droga en todo el país, según la policía antinarcóticos.

Entre los soldados profesionales que les brindan seguridad a los erradicadores está Oscar Zapata, del grupo antiexplosivos y que trabaja apoyado con un perro llamado Dakota. “Estamos cuidando a los erradicadores para que no les pase nada y no sean afectados por las minas antipersonales que instalan los grupos ilegales en los cultivos de hoja de coca. Afortunadamente no hemos tenido ningún inconveniente con este grupo”.

Sin embargo, el comandante del ejército en la zona, el general Juan Ramírez Trujillo, dijo a AP que las labores en diferentes partes de Antioquia han tenido un duro costo: “hemos perdido a seis soldados, uno de ellos murió este martes en combates con el ELN, cerca de Taraza”.

En enero el presidente Iván Duque ordenó al ejército iniciar una gran ofensiva contra los grupos ilegales especialmente en las poblaciones de Valdivia, Cáceres, Taraza, Zaragoza y Niche, donde generan grandes rentas ilícitas y que utilizan como corredor tanto hacia Venezuela como al Mar Caribe.

La semana pasada el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, informó que más de 96.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca fueron erradicas en el primer año del gobierno de Duque -que inició su mandato en agosto de 2018-. Pero pese a los avances en la erradicación, se lamentó, la resiembra se ubica entre el 50% y el 57%.

De acuerdo con cifras difundidas recientemente por el ministro de la Defensa, Guillermo Botero, entre 2012 y 2017 los cultivos ilícitos aumentaron un 256% y a su vez hubo un incremento de 376% en el potencial de producción de cocaína.

Fuente: El Imperial.